Nov 24_13
Rosario vespertino
Temas:
- Vosotros no debéis tratar de destruir la maldad, con maldad que salga de vuestro corazón, porque un alma que actúa en la maldad, no puede entrar al Reino del Amor.
- Daos cuenta de que Yo, como vuestro Dios, os he creado a cada uno de vosotros en forma diferente, pero a la vez, muy importante. Nadie es más que otro.
- Si vosotros entráis a las Sagradas Escrituras y empezáis a conocerMe, vuestro amor va a ser cada vez más íntimo, Yo empezaré a vivir en vuestro corazón, ya no Seré el Dios Desconocido.
- Cuando Yo creé todo, Yo no puse separaciones ni divisiones, vuestros Primeros Padres tenían acceso a toda la Creación y podían llegar fácilmente a cualquier lugar, sin ningún problema, el Pecado Original fue el que puso las divisiones.
- Cuando vuestra alma está Conmigo, Mi Divinidad está con vosotros.
Mensaje de Dios Padre a J. V.
Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Vosotros no debéis tratar de destruir la maldad, con maldad que salga de vuestro corazón, porque un alma que actúa en la maldad, no puede entrar al Reino del Amor.
Hijitos Míos, un alma se gana el Cielo cuando llega a la madurez espiritual. Sí, Mis pequeños, todos vosotros necesitáis llegar a esa madurez espiritual. Acordaos que Yo os he dicho que debéis ser perfectos como el Padre es Perfecto y, eso es lo que Yo deseo de cada uno de vosotros, la perfección en el Amor.
Os he dado el don de la vida para que vinierais a destruir la maldad, pero destruirla con amor. Vosotros no debéis tratar de destruir la maldad, con maldad que salga de vuestro corazón, porque un alma que actúa en la maldad, no puede entrar al Reino del Amor.
Entended esto perfectamente, Mis pequeños. Vosotros, en todo momento, pase lo que pase, de vuestro corazón debe salir solamente amor, porque entraréis al Reino del Amor. Vinisteis a la Tierra a vivir el amor que se vive en el Reino de los Cielos y que os enseñó Mi Hijo, Jesucristo. Vosotros, en ningún momento debéis actuar en el mal, porque entonces ya no seríais emisarios Míos, emisarios del Amor, estaría saliendo maldad de vuestro corazón y eso solamente puede salir de satanás.
Os he dicho que debéis pagar al mal que recibís, con un bien, para que haya conversión, de esta forma, las almas verán que sí existe el Amor, porque si ellas os atacan con odio, con maldad y vosotros actuáis de la misma forma, estaréis aumentando el Reino de satanás en la Tierra y no vinisteis para eso, vinisteis para preparar el Regreso de Mi Hijo en el Amor.
Así que pensad bien esto y meditadlo, porque vosotros sois emisarios de amor, no emisarios del mal. En todo momento, que sea amor lo que salga de vosotros, ya sea de pensamientos, palabras, obras, pero que sea amor a través de vosotros, que se os reconozca como hijos de Dios, como debéis ser.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Segundo Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Daos cuenta de que Yo, como vuestro Dios, os he creado a cada uno de vosotros en forma diferente, pero a la vez, muy importante. Nadie es más que otro.
Hijitos Míos, Yo Soy vuestro Dios y todo lo que he hecho, lo he hecho diverso, nada es igual, todo tiene su por qué y para qué. Aún a pesar de que las plantas, por ejemplo, se vean iguales, ciertamente tienen similitudes, pero también diferencias.
Entre los seres humanos, a algunos les he dado ciertos dones, virtudes, capacidades y a otros diferentes. Cada uno de vosotros sois individuos, parecidos en muchas cosas, pero muy diferentes en otras.
A cada uno de vosotros os conozco perfectamente, porque Yo os he creado y cada uno de vosotros lleva una misión diferente. Ciertamente, cada uno de vosotros necesita diferentes cosas, no todos comen lo mismo, no todos se visten igual, no todos actúan de la misma forma, cada uno de vosotros sois diferentes y eso, recrea Mi Corazón. Eso debéis entenderlo, Mis pequeños, para que no generalicéis en todas las situaciones de vuestra existencia, debéis respetar la individualidad de cada uno de vuestros hermanos.
En una familia, los padres van conociendo a los hijos, van conociendo cómo actúan, cómo comen, qué carácter tiene cada uno de ellos, cuáles son más enfermizos o menos enfermizos, los gustos, todo, todo es diferente en los hijos. Si esto lo pasáis y lo lleváis al mundo entero, os daréis cuenta de la diversidad de caracteres, personalidades que cada uno de vosotros tenéis.
Mis pequeños, esto os lo quiero decir para que vosotros os respetéis los unos a los otros, para que os ayudéis los unos a los otros con los dones y capacidades que os he dado. Cada uno de vosotros, os he dicho, que sois células del Cuerpo Místico de Mi Hijo. Cada uno de vosotros lleva una misión muy importante, todos vosotros sois importantes para que el Cuerpo Místico de Mi Hijo se vaya uniendo hasta que llegue el momento en que todos vosotros forméis, en totalidad, Su Cuerpo y, entonces, se reunirá, nuevamente, lo que el Pecado destruyó. Por eso es el amor el que va entretejiendo todo, Mis pequeños, os va uniendo y ésa es la realidad del Cuerpo Místico de Mi Hijo, todos vosotros estáis llamados al amor. En eso, también algunos de vosotros, lleváis una necesidad más fuerte y otros menos, pero Mis pequeños, daos cuenta de que Yo, como vuestro Dios, os he creado a cada uno de vosotros en forma diferente, pero, a la vez, muy importante. Nadie es más que otro, tenéis capacidades, pero también tenéis defectos y, eso, lo permito para que ninguno crezca en soberbia y se crea más que sus hermanos.
Debéis ayudaros a crecer unos a otros y evitar todo aquel mal que lleváis también por el Pecado Original y, eso, lo lograreis gracias a la ayuda de vuestros hermanos y al vivir en el Amor.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Tercer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Si vosotros entráis a las Sagradas Escrituras y empezáis a conocerMe, vuestro amor va a ser cada vez más íntimo, Yo empezaré a vivir en vuestro corazón, ya no Seré el Dios Desconocido.
Hijitos Míos, cuando la familia está perfectamente unida, se conocen unos a otros. Los miembros de la familia se conocen a pesar de las diferencias de edades y se comprenden unos a otros, se ayudan los unos a los otros y esto es gracias a que hay unión, hay amor, hay interés por las personas, por los miembros de la familia.
Yo os conozco a cada uno de vosotros, sois Mi Familia, porque Yo os creé, ahora, os quiero hacer una pregunta, ¿vosotros Me conocéis a Mí, vuestro Dios? Yo puedo recibir en estos momentos muchas negativas. Muchos de vosotros no Me conocéis, porque no os importo, solamente Soy un Dios dadivoso, un Dios que os va a cumplir vuestros gustos, pero Yo también tengo sentimientos, Mis pequeños. Mi Amor, que Yo lo quiero compartir a todos vosotros, no lo puedo compartir porque vosotros no Me lo pedís.
Vosotros os debéis llenar de Mi Amor, vosotros debéis ser una extensión Mía, vosotros debéis transmitirMe a vuestros hermanos, pero para poder transmitirMe, primero os debéis llenar de Mí y, ¿cómo os podéis llenar de Mí?, en la unión íntima.
Así como en la familia, como os decía, os conocéis bien o perfectamente bien los unos a los otros, porque vivís una unión de amor, así Yo también lo deseo. Vosotros debéis conocerMe, debéis conocer Mi Amor, debéis conocer lo que Yo deseo de cada uno de vosotros, debéis buscar en las Sagradas Escrituras, Quién Soy Yo.
Sí, Mis pequeños, Me conocéis, pero muy de lejos, no Me conocéis en lo íntimo de vuestro corazón. Vosotros podéis hablar de tener un querido, precisamente por eso, porque es un ser querido y porque lo conocéis perfectamente.
El amor se va engrandeciendo cuando vosotros conocéis íntimamente a la persona que vosotros queréis. El íntimamente, es con referencia al convivir en las buenas y en las malas. Ser amigos, amigos nace cuando os conocéis desde pequeños y así vais conociendo vuestro carácter, vais conociendo cómo respondéis en diferentes situaciones, os ayudáis y así vais creciendo en ése conocimiento.
Precisamente os falta, a muchos de vosotros, ése conocimiento de Mí. No Me conocéis, Mis pequeños y para eso Mi Hijo Me vino a mostrar al mundo, porque Él os dijo que quien lo veía a Él, veía al Padre, o sea, a Mí, vuestro Dios. Él mostró Amor, dio Amor, os llenó de Bendiciones, os dio infinidad de regalos. Ése Soy Yo, porque Mi Hijo Me mostró a los hombres.
Si vosotros entráis a las Sagradas Escrituras y empezáis a conocerMe, vuestro amor va a ser cada vez más íntimo, Yo empezaré a vivir en vuestro corazón, ya no Seré el Dios Desconocido, el Dios al que sólo se Le llama cuando se Le necesita, quiero ser el Dios Amigo, el Dios que puede estar en diferentes situaciones de vuestra vida y en todo momento os estaré ayudando, aconsejando, ayudándoos a salir de problemas pero, también, estaré ahí para compartir vuestros logros. La amistad cubre muchas facetas y Yo quiero estar en todas ellas. Vosotros no Me conocéis a Mí, Yo sí os conozco a cada uno de vosotros. BuscadMe, Mis pequeños y no desperdiciéis Mi Amor, porque mientras más Me conozcáis, más Amor y Bendiciones derramaré sobre cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Cuando Yo creé todo, Yo no puse separaciones ni divisiones, vuestros Primeros Padres tenían acceso a toda la Creación y podían llegar fácilmente a cualquier lugar, sin ningún problema, el Pecado Original fue el que puso las divisiones.
Hijitos Míos, cuando Yo creé todo, Yo no puse separaciones ni divisiones, vuestros Primeros Padres tenían acceso a toda la Creación y podían llegar fácilmente a cualquier lugar, sin ningún problema, el Pecado Original fue el que puso las divisiones y luego el hombre, también, al ponerse en Mí contra, como en la Torre de Babel, siguió poniéndose divisiones.
El hombre, en su naturaleza, corrompida por el pecado, crea divisiones. Es difícil para vosotros vivir compartiendo, vivir amando, el darse por los demás.
Ciertamente, cuando vosotros os dais, algunos hermanos vuestros os agradecen ése detalle bello que sale de vuestro corazón, lo agradecen y a la vez, aprenden que también ellos se deben dar, pero hay otros hermanos vuestros que están llenos de maldad y, en lugar de agradecer ésos detalles, se aprovechan del bien que sale de vuestro corazón.
Satanás ha causado demasiado mal en Mi Creación y esto ya tiene que terminar, Mis pequeños, pero vosotros Me lo debéis pedir.
Desgraciadamente, os habéis acostumbrado tanto al mal que hay a vuestro alrededor y, al no conocer la belleza del Principio, porque ni siquiera os tomáis el tiempo de leer algo de esto en las Sagradas Escrituras, os habéis acostumbrado a vivir en el mal y, vosotros no fuisteis creados para eso, vosotros debéis regresar a los bienes que se tenían en el Paraíso Terrenal, pero Me lo debéis pedir y pedir de corazón y arrepentidos, porque vuestro mal ha crecido mucho porque satanás os ha ido engañando cada vez más y más, porque vosotros mismos no habéis estado actuando como debierais actuar, como hijos de Dios.
Debéis regresar, Mis pequeños, nuevamente a ése Principio, al que fuisteis creados, pero primeramente deberá haber humildad en vuestro corazón, luego arrepentimiento, porque no puede haber arrepentimiento sin humildad. Cuando vosotros tengáis un corazón contrito, aceptando vuestros errores, vuestra maldad, vuestra mediocridad espiritual y Me pidáis que Yo entre en vuestro ser, todo lo purifique y os santifique, pero que, además, vosotros mismos hagáis méritos para Yo vea que vosotros realmente estáis poniendo de vuestra parte, entonces, todo cambiará. Yo tengo que ver en vosotros que dais el primer paso y os ayudaré a que deis los subsecuentes. ¡Hay tanto bien que deseo derramar sobre cada uno de vosotros, pero vosotros mismos Me detenéis! No permitís que Me derrame en Bendiciones sobre vosotros porque, por vuestra maldad, ni las apreciaríais.
Los que Me conocéis, los que estáis ya más avanzados en la vida espiritual, conocéis Mi Voz, conocéis Mi Presencia en vosotros, conocéis Mi actuación en vuestro espíritu. Yo os voy moviendo, os voy llenando de Mí y, así, Me vais conociendo, porque habéis abierto vuestro corazón para que Yo actúe.
¡Hay tantos, tantos de vosotros que habéis puesto un candado en vuestro corazón, para que nadie entre! ¡Qué tristeza Me dais, Mis pequeños!, porque os quedáis con un corazón sin expandirse, corto, mezquino. ¡Cada uno de vosotros debe dar tanto y recibir mucho más!, pero no os abrís de par en par para que Yo actúe en vosotros.
Meditad esto, Mis pequeños, porque vosotros mismos estáis perdiendo infinidad de Bendiciones Mías, porque no estáis Conmigo ni queréis estar Conmigo y, al no estar Conmigo, tampoco actuáis en el Bien con vuestros hermanos. Cambiad, pues, de actitud, Mis pequeños, porque, si seguís así, vuestra mediocridad os puede llevar a la perdición eterna.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
Quinto Misterio. Habla Dios Padre. Sobre: Cuando vuestra alma está Conmigo, Mi Divinidad está con vosotros.
Hijitos Míos, cuando tenéis algo muy valioso, lo guardáis en lugares con mucha protección y, así, algunos de vuestros hermanos, o gobiernos, hasta guardias ponen para proteger ése bien tan valioso que poseen. Mis pequeños, vosotros, cada uno de vosotros, tenéis algo valiosísimo, mucho más valioso que todas las piedras preciosas y todo el oro del Universo y es vuestra alma.
Satanás es el ladrón por excelencia, Mis pequeños, él continuamente os quiere quitar lo más precioso que tenéis y si no os la quita, por lo menos la contamina. Vuestra alma es la que va a trascender para toda la eternidad.
Os he explicado esto, Mis pequeños, varias veces, para que os deis cuenta que tenéis un regalo preciosísimo y valiosísimo de Mi parte.
El alma que tenéis, os la quiere arrebatar satanás, porque vuestra alma, después de vuestra misión aquí en la Tierra, podrá gozar eternamente en el Reino de los Cielos, cosa que él ya nunca podrá tener por su soberbia.
Vosotros, no os dais cuenta del valor de vuestra alma y, además, ni siquiera la cuidáis. Vuestra alma es parte de Mí, de Mi Esencia, de Mi Ser. Cuando vosotros estáis Conmigo y cuidáis vuestra alma, la mantenéis en pureza y en amor, es cuando Yo estoy íntimamente con el alma. Gozo con ésa alma porque os habéis dado cuenta que Yo puedo vivir cuando vuestra alma está pura, Yo puedo entrar en vuestro corazón y deleitarMe como Me deleitaba con vuestros Primeros Padres antes del Pecado Original por tener un alma pura, sencilla, llena de bien.
Ciertamente, cuando satanás ve un alma así, que se le está cuidando como se le debe de cuidar, como la joya más fina del Universo, entonces inmediatamente os va a atacar, porque él no soporta tanta belleza ni tanto amor y de vosotros depende que se mantenga ése aroma bellísimo, ése aroma Divino de vuestra alma y lo digo así, Mis pequeños, porque cuando vuestra alma está Conmigo, Mi Divinidad está con vosotros.
Vosotros debierais ponerle a vuestra alma guardias, soldados, para que no os arrebatara satanás vuestro gran tesoro, pero no lo hacéis por estar tan distraídos en las cosas del mundo, debéis cuidar vuestra alma de los ataques de satanás.
Cuando caéis en el pecado, a donde os lleva satanás, Mi Hijo os dejó los Sacramentos, para que vuestra alma volviera al estado de pureza y que la siguierais cuidando de los ataques de satanás, pero ya ni eso hacéis, Mis pequeños. Muchos de vosotros ya no acudís a los Sacramentos. Cuando llegue el momento y os deis cuenta de ésta realidad, ¿cómo lo tomaréis, Mis pequeños? Cuando veáis que por no cuidar vuestra alma os condenasteis eternamente, ¿cómo lo tomaréis?, será tarde ya vuestro llanto, ya no podrá haber arrepentimiento y todo por vuestra negligencia y por haberle dado rienda suelta a la maldad que os rodeaba, en lugar de luchar contra ella con todas las Gracias, dones, Virtudes y bendiciones con que Yo os cuidaba.
Tened cuidado pues, Mis pequeños, el tiempo apremia, ya se está acercando el momento en que Me veréis frente a frente, ¿cómo estará vuestro corazón? ¿Cómo aceptaréis Mi Juicio ante vosotros?, ¿Me podréis ver a los Ojos porque vuestra alma está llena de amor, y gran alegría os dará ver al Amor de los Amores frente a vosotros o querréis esconderos de Mi Mirada, porque vuestros malos actos os condenarán y no querréis que os mire Yo? ¿Cómo estaréis pues, en ésos momentos de vuestro Juicio particular?
Ciertamente, cuando hay Sabiduría, si Me la pedís, cuando hay humildad, cuando hay amor y Me pedís que os ayude, os ayudo, Mis pequeños, pero si vivís en la soberbia y distraídos en el mundo, tendréis que aceptar las consecuencias de vuestra negligencia y vuestra tontería.
Os reprendo, como un Padre Amoroso reprende al hijo que ama, no puedo hacer más, no os puedo obligar al cambio, ése debe salir de vosotros mismos. Acercaos a Mí, para que os guíe hacia el bien.
Os Bendigo, Mis pequeños, sed humildes, para que Yo Me pueda derramar sobre vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.
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