Mensaje de la Siempre Virgen María de Guadalupe para el Mundo a través de la Vidente y Profeta María de la Cruz
En el Cenáculo de Oración por la Salvación de las almas
“La Sagrada familia”
09 DE SEPTIEMBRE DE 2013
08:38 HRS.
-Buenos días María de la Cruz,
-buenos días Madre Santísima.
URGENTE, por favor, os pido, decidle al mundo, orad por Siria, Estados Unidos, Francia, Rusia, por todos los Países que pudieran intervenir en la eminente guerra, pues más inocentes mueren, y los fuertes se condenan.
Por favor basta, basta de odios, rencores, venganzas; que no se dan cuenta que Satanás se burla de ustedes, los incita a pelear, a matar a sus propios hermanos…
Tengan temor de Dios, pequeños hijos de Mi Corazón, tengan temor de Él.
Cuán grande es el dolor que sentís, al ver muerto a tu hijo…Cuánto sufrimiento, por el odio…Cuánto duele su corazón, por la venganza…Cuanta falta de comprensión, por la falta de amor…Cuanta falta de respeto, por el orgullo…Cuánto cuesta solicitar el perdón, ídem otorgarlo, por la soberbia….
Renuncien al mismo enemigo suyo, a la conversión Mis niños, a la Comunión (el que pueda de rodillas), al Sacrifico, al Ayuno, a la Oración con el Santo Rosario, a la renuncia de sus propios vicios.
Os dejo estas letras y grabádselas en su corazón:
Hubo una vez, un hombre rico que le pidió cuentas a su mayordomo, un día llamóle y le dijo:
“¿Qué es lo que oigo decir de ti?, Dame cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás hacer oficio de mayordomo” (Lc., 16, 2).
Debéis entonces vosotros de ponderar que, así como este hombre rico, por la noticia que tuvo de que su mayordomo desperdiciaba los bienes, le quitó antes de tiempo el oficio y le mandó dar cuenta de él, así el clamor de vuestro pecados que llegan al Tribunal de Dios es causa de que os acorte los días de la vida y os llame a que le den cuenta de ella.
Por lo cual como dijo el Sabio (Eccles., 7, 18) “NO SEAS MUY MALO NI MUY NECIO, PORQUE NO VENGAS A MORIR ANTES DE TIEMPO”.
Y esto hace vuestro Señor, parte con Justicia y parte con Misericordia, atajando los malos pasos del que, si viviese muchos años, tendría peor cuenta y más terrible pena.
Y debéis de tomar en cuenta que este llamamiento suele suceder de dos maneras:
La primera.-
Es terribilísima, cuando llama Dios a los pecadores tan de repente, que no tienen aviso de que se mueren, ni tiempo de aparejarse para la cuenta que han de dar.
La segunda.-
Es llamada poco a poco, por medio de laguna enfermedad, la cual es aviso de la muerte y da lugar de aparejarse para la cuenta, y entonces dice aquella palabra:
“¿QUE ES LO QUE OIGO DECIR DE TI?”.
En virtud de la cual os trae a la memoria todos los pecados de que están notados e infamados delante de Él, para que, oyendo el cargo, deis el descargo con tiempo, porque, si no, en el instante de la muerte os la dirá para convenceros de la culpa y sentenciaros por ella.
Entonces ponderaré la terribilidad de aquella palabra:
Dame razón del oficio de mayordomo, porque ya no podrás hacerle; que es decir:
Dame cuenta de la casa y granja de este mundo que crié para tu morada, de las plantas y animales que hice para tu sustento, de los tesoros y riquezas, oficios y dignidades que has tenido, de los años de vida, salud fuerzas y talentos que te he dado.
Dame otro si, cuenta de los pensamientos que has revuelto por tu memoria, de las palabras que han salido de tu boca, de las obras que has hecho con tus manos, y de los pasos que has andado con tus pies y de todos los afectos y deseos que has fraguado dentro de tu corazón.
Por último dame cuenta de todo lo que pertenece al oficio de mayordomo, porque ya no podrás más hacerlo; ya pasó el día en que podías negociar, y viene la noche en que no se puede merecer (Jo., 9, 4); es llegada la hora en que, mal que te pese, has de ser presentado ante Mi Tribunal para dar razón de lo que has hecho viviendo en ese cuerpo y recibir premio o castigo por ello (2 Cor., 5, 10).
Estas palabras habréis de traer siempre delante de vuestros ojos, pues es cierto que ha de llegar la hora en que se te ha de decir, y es gran cordura vivir tan bien apercibido, que pueda dar buena cuenta cada y cuando que fuere llamado.
Bendigo a Mis Hijos, vuestra Madre Santísima de Guadalupe,
+EN EL SANTO NOMBRE DE DIOS PADRE YAHVE,
+EN EL SANTO NOMBRE DE DIOS HIJO JESUCRISTO,
+EN EL SANTO NOMBRE DE DIOS ESPIRITU SANTO PARACLITO,
Y EN MI NOMBRE, VIRGEN MARIA DE GUADALUPE.
AMEN, AMEN, AMEN.
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