Venid a Mí, Hijas de la Luz, a su Jesús de Misericordia

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo para las Mujeres del Mundo a través de la Vidente y Profeta María de la Cruz.

08 DE MARZO DE 2012

09:52

-Buenos días María de la Cruz. 

-Buenos días mi Jesús. 

-Es mi deseo en este día seáis portadora del siguiente mensaje: 

-Si mi Señor, dime que tu sierva cumplirá todos tus deseos.  

-Quiero invitar a todas las mujeres del mundo entero, en este día tan especial para Ustedes, Venid a Mí, Hijas de la Luz, a su Jesús de Misericordia. 

  

De manera muy especial, os hablaré de Mi Madre: 

Cuando el Ángel Gabriel, fue enviado a dar la buena nueva a la Virgen María; entró el Ángel y saludó a la Virgen respetuosamente con palabras Divinas que Dios le puso en la boca, diciéndole:  

“DIOS TE SALVE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO, BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES”  

Mi Madre, llena de Gracia, con todos los modos que hay de plenitud, y plenitud es esto: Llena de Fe, de Obediencia, de Caridad, Esperanza, de Humildad, Paciencia, Prudencia, con las demás virtudes. Llena de Sabiduría, de Ciencia, de Piedad y Temor de Dios, con los demás Dones del Espíritu Santo. Pues su memoria ha estado llena de santos pensamientos; su entendimiento de grandes ilustraciones de Dios; su voluntad de fervientes actos y afectos de amor y celo, con entrañables deseos de la Gloria de Dios, por Mi venida y de la Redención del mundo. 

El saludo y la Gracia: 

Cuando entró el Ángel Gabriel a saludarla, Ella estaba ocupada en la contemplación de estos misterios, que era su ocupación continua, dentro de todo esto, estaba llena de Gracia en sus obras, porque todas ellas eran obras llenas, enteras, con la plenitud que podían tener de pura intención, fervor y amor. Esta es la grandeza de la plenitud. Mi Madre y su plenitud han sido conforme a la dignidad de Madre de Dios. 

El Señor es contigo: 

Esto es: Está en Ella por excelencia, con todos los modos que puede estar, Está con Ella, no solo por esencia, presencia y potencia, (como puede estar con los hombres, ni solamente por gracia, como está con todos los justos), sino con eminencia de gracia, pues así asiste a Mi Madre con especial gracia y amistad y con estrecha familiaridad. Porque ha estado con ella en todas sus potencias, uniéndolas consigo, está en su memoria, para estar siempre con Dios, en Su entendimiento, ilustrándola, y en Su voluntad, encendiéndola, para amarle siempre. 

Mi Padre a través de vuestra Madre María, está contigo también asistiéndote a todas tus cosas con especial providencia y protección, también te inspira y te ayuda a enderezar todo lo que tu haces. Nunca olvides que está en ti todo el tiempo, en su Templo, en su tálamo, en su casa.

Y Yo Jesús estuve en Su vientre como Su Hijo, por ello, por excelencia Mi boca dice de Ti: Dominus Tecum.

El Señor es Contigo, significa que fue, es y será siempre con Ella. Desde Su creación fue Dios Contigo y ahora es y será por toda la eternidad, porque no se apartará de la Virgen, ni se mudará de Ella. Asimismo te puede pasar a ti si tú aceptas, porque entonces no se mudará ni se apartará de ti, ni en ti habrá mudanza que menoscabe la Divina Providencia.

Bendita Eres entre las mujeres: 

El Ángel Gabriel le dijo a Mi Madre: Tú serás libre de la maldición de la esterilidad, sin daño de la virginidad; y también serás libre de parir con dolor (gen. 3, 16). Serás Bendita entre las mujeres, porque como una mujer dio principio a todas las maldiciones que comprendieron a los hombres, así Tú darás principio a todas las Bendiciones Celestiales que vendrán sobre ellos, por el Fruto Bendito de Tu vientre, por quien has de quebrantar la cabeza de la serpiente (Gen, 3, 14-15).

También le dijo el Ángel a Mi Madre, serás Bendita y alabada entre todas las mujeres y te darán miles de bendiciones los Ángeles del Cielo y los hombres de la tierra, así los justos como los pecadores, porque para todos habrá importantes bendiciones.

Conociendo el Ángel la turbación y el temor de Mi Madre, le dijo:

“NO TEMAS, MARIA, PORQUE HAS HALLADO GRACIA DELANTE DE DIOS” 

(Lc. 1, 30)

Te invito hijita Mía, a imitar a Mi Madre y Las Bendigo hoy y siempre, en el Nombre de Mi Padre, de Mi Madre y del Espíritu Santo.

Amén, Amén, Amén.

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